Cuando se trata de seguridad al volante, el sistema de frenos es una prioridad.
Uno de los componentes más olvidados, pero esenciales, es el líquido de frenos.
Este fluido permite que el sistema transmita la presión del pedal a los frenos de
cada rueda. Con el tiempo, el líquido puede degradarse o contaminarse, y ahí es
cuando comienzan los problemas.
Aquí te dejamos las señales más comunes de que es hora de hacer el cambio:
– Ruidos extraños
Si escuchas un chillido agudo al frenar, podría no ser sólo una pastilla desgastada.
Un líquido de frenos en mal estado también puede afectar el rendimiento del
sistema.
– Luz del ABS encendida
Este indicador no debe tomarse a la ligera. El ABS depende directamente de un
buen nivel y estado del líquido de frenos para funcionar correctamente.
– Auto se inclina hacia un lado al frenar
¿Tu coche parece perder el equilibrio al frenar? Puede deberse a una distribución
desigual del líquido o a burbujas de aire en el sistema.
– Pedal esponjoso o se va hasta el fondo
Cuando el pedal no ofrece resistencia o hay que pisarlo más de lo normal, el
líquido puede estar degradado o contaminado.
¿Por qué es tan importante el líquido de frenos?
No solo transmite presión: ayuda a mantener una temperatura adecuada de
funcionamiento y neutraliza los ácidos que se generan en el sistema durante el
frenado.
– En Meineke, revisamos tu sistema de frenos a detalle y, si es necesario,
realizamos el cambio del líquido con productos de la más alta calidad. Tu
seguridad siempre va primero.
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